Muchos de nosotros conocemos algún caso cercano de padres con adolescentes en casa que tienen un problema de adicción. En los tiempos que corren, parece como si los niños nos dejasen atrás a los adultos en muchas de las cosas que dicen controlar y que saben. Sin embargo, el número de adolescentes que aumenta el consumo de drogas (alcohol, tabaco, cannabis…) se incrementa cada día.
Un gran número de estudiantes de institutos de secundaria prueban el tabaco y el alcohol a edades cada vez más tempranas, y algunos no tardan en probar el cannabis. Muchos para relajarse, otros para divertirse con los amigos (por presión social), y otros por aburrimiento. Los efectos del cannabis en el cerebro todavía en formación de niños entre 12 y 18 años pueden ser devastadores.
Por otra parte, existe un incremento alarmante de las adicciones sin sustancia de nuestros jóvenes: uso del móvil, juego patológico, videojuegos, apuestas on-line… No ayuda demasiado la publicidad de este tipo de empresas que ofertan bonos con el fin de que los posibles usuarios desarrollen una adicción en poco tiempo. Piensan que “controlan” la situación e incluso de que son capaces de ganar dinero fácil gracias a su habilidad, lo que se conoce en psicología como “ilusión de control”.
Se trata de un problema que debemos tener en cuenta y tratar de prevenir desde las escuelas y con ayuda de las familias. Tengo la suerte de poder estar haciendo prácticas en la UPCCA (Unitat de Prevenció Comunitària de Conductes Addictives) de la Mancomunidad de la Vall d’Albaida, desde donde trabajamos para dar respuesta a las necesidades sociales de los adolescentes y sus familias con el fin de poder prevenir y poner solución a los problemas de adicciones (con y sin sustancia) que se incrementan cada día entre la población infanto-juvenil. Para ello, nos dedicamos a realizar prevención a nivel escolar entre la población de Primaria, Secundaria y Bachiller, además de realizar intervenciones personalizadas de casos individuales tanto de población infanto-juvenil, adultos e intervención familiar.
Las adicciones no dejan de ser soluciones que los jóvenes tratan de poner a sus problemas de forma disfuncional, una vía de escape errónea, que poco a poco, les obliga a dejar de hacer las cosas que les gustaban.
Una vez detectado el problema, no sirve mirar hacia otro lado o quitarle importancia. Hay que afrontarlo y solucionarlo, ya que si las adicciones en adultos pueden acabar con su vida y hacer que lo pierdan todo, en edades tempranas el riesgo de adicción se incrementa considerablemente y la adicción puede afectar a sus vidas de forma irreversible.