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E.M.D.R.

E.M.D.R. (Eye Movement Desensitization and Reprocessing), o Reprocesamiento por medio de Movimientos Oculares, la terapia de moda

La técnica EMDR no deja indiferente a nadie. Entre psicoterapeutas, están los que la amamos y, por otro lado, los que la odian. Creo que no hay término medio. Es una terapia para la que la reacción es límite total, sin grises. Quizá no pueda haber término medio porque, si has tenido experiencia profesional y personal con EMDR, en el momento en que la pruebas y compruebas sus efectos, no hay marcha atrás. ¿Funciona? Sí. ¿Funciona siempre, sólo EMDR y en todos los casos? No. 

Depende del paciente y de su estado, también de dónde se encuentra el paciente dentro del proceso terapéutico. De base, necesitas una alianza terapéutica potente, de las buenas. Porque como no la tengas, habrá pacientes que te miren con cara de “esta tía qué c… hace con el dedo” o les dé la risa floja al principio. Además de la alianza, vas a necesitar unas sesiones previas para analizar muy bien la historia de vida del paciente (línea de vida, genograma, entrevista clínica, historia del síntoma…) 

De todo nos hemos encontrado en la clínica, hasta incluso pacientes que han venido para una sola sesión porque la consideran mágica y su coach tipo Robbins les ha dicho que eso es lo que necesitan y vienen a eso pero a nada más, no quieren entrevista clínica, ni genograma, ni línea de vida, ni nada de nada. A esos, no les cobramos la sesión, les explicamos amablemente por qué no aceptamos su caso y les invitamos a buscar a otro terapeuta que cumpla sus expectativas y les aplique EMDR nada más entrar por la puerta. En SOCPsico nos negamos a esto por honestidad, uno de nuestros valores. No nos gusta sacar el dinero sin resultados. Buscamos soluciones terapéuticas sólidas y la satisfacción de quien entra por la puerta, y el paciente busca resultados porque está mal. Qué menos que ser honestos y decirle la verdad.

Historia del EMDR y sus bases científicas

La terapia EMDR  fue desarrollada a finales de los años 80 por la psicóloga Francine Shapiro con el fin de trabajar los recuerdos traumáticos y los síntomas de estrés asociados al trauma. 

Nota para colegas: Si te lees el libro puede que no te enteres de nada (el lenguaje es súper enrevesado). A mí me costó entender la técnica y aplicarla sólo porque no entendía bien qué se hacía, y se me había indigestado (hasta que hice una formación buenísima en NB Psicología y me explicaron cómo usarla de modo claro, eternamente agradecida le estoy a Nerea Bárez desde aquí).

Tiene ocho fases compuestas por protocolos:

  1. Historia del paciente
  2. Preparación del paciente
  3. Evaluación de los aspectos primarios del recuerdo
  4. Desensibilización del recuerdo traumático
  5. Instalación de la cognición positiva
  6. Examen corporal
  7. Cierre 
  8. Reevaluación 

Según Shapiro, F. (2001): “El protocolo de la línea temporal pasado-presente-futuro, facilita una evaluación integral de la imagen de la memoria traumática, la preparación del paciente y el procesamiento de eventos pasados, situaciones que perturban actualmente y estímulos futuros”. En cristiano, el EMDR facilita la integración, evaluación y comprensión de:

1) Eventos pasados (la mochila de mierda que llevamos cada uno o traumas con T mayúscula o t minúscula). Por ejemplo, haber tenido una madre que me mandaba cosas sin parar y me obligaba a hacerlas muy deprisa sin darme tiempo a respirar desde los 5-6 años hasta que me fui de casa a los 18, o sea que tengo una herida de injusticia como la copa de un pino, además de otras heridas de infancia de las que puede que no sea consciente, y diagnóstico de ansiedad generalizada crónica desde los 14 cuando me dio mi primer ataque de pánico.

2) Situaciones que me perturban o me causan malestar en la actualidad (por ejemplo, que mi jefe me pida un trabajo en un plazo de media hora y me ponga a llorar sin saber por qué y me ahogue en el baño. Me tomo dos diazepam, a falta de uno, para seguir trabajando igual de deprisa que siempre). Vaya, vaya, aquí hay un patrón aprendido (importante tirar de Sistémica).

3) Estímulos futuros que puedan facilitar la aparición de los síntomas (pensar que tengo que ir al trabajo mañana hace que: no puedo dormir, me da otro ataque de pánico, me tomo dos diazepam más y miro el reloj continuamente pensando las horas de sueño que estoy perdiendo). Disparo ansiedad, insomnio y me hincho a pastis.

Hasta que ya no puedo más y voy a terapia. ¿Motivo de consulta? Igual no soy consciente del origen en el pasado, pero fundamentalmente en la actualidad soy adicta a los ansiolíticos, a los porros y al alcohol y tengo ansiedad generalizada, insomnio y ataques de pánico.

Ningún terapeuta en su sano juicio (y si estás leyendo esto, eres terapeuta y piensas que lo que vas a leer después del paréntesis no es así o lo pones en duda, por favor, demuestra tu valentía, estudia algo diferente y/o cambia de curro y dedícate a algo que te apasione) puede negar o poner en duda que los traumas sufridos en la infancia o adolescencia contribuyen y están directamente relacionados con los problemas actuales que presenta el paciente que te llama pidiendo cita. Pueden ser: 

  • Traumas graves (accidentes, agresiones, abuso sexual continuado, maltrato físico o emocional, acoso escolar durante años), también conocidos como traumas con T mayúscula; 
  • O situaciones impactantes más cotidianas con las personas significativas en relaciones interpersonales (familiares, amigos, parejas), conocidos como traumas con t minúscula o relacionales, no por ello menos importantes, fruto de un apego disfuncional o alteraciones de apego. 

Todo lo anterior, independientemente de lo fuerte que sea, contribuye a la mayoría de sintomatología patológica que presentan los pacientes. 

El EMDR, como todas las demás técnicas de Traumaterapia, está orientado en identificar, acceder y procesar estas experiencias que son base de la patología actual del paciente y no han podido ser procesadas. Lo que diferencia el EMDR del resto de orientaciones en Traumaterapia (Terapia Cognitivo conductual Focalizada en el trauma – TCC-FT-, Terapia de Exposición, Terapia Narrativa… entre otras), es la estimulación bilateral: mover el dedo enfrente del paciente pidiéndole que lo siga, provocando así movimientos oculares sacádicos horizontales para reprocesar el recuerdo traumático del paciente elegido en las primeras fases.

Y aquí, hay que afirmar que la evidencia científica avala el papel de los movimientos oculares en el procesamiento del trauma. Pongo el enlace al final para los escépticos, porque me da mucha pereza escribirlo todo. 

Mecanismos de acción del EMDR (¿cómo el hecho de seguir los dedos con los ojos o estimulación bilateral consigue resultados eficaces?)

Aquí ahora mismo, fijaos, mi mente se va a mis tiempos de estudiante de Psicología en la UNED y recuerdo cómo odiaba Psicología de la Atención, y cómo amaba Neurofisiología y Psicobiología. El karma y el EMDR me han hecho desempolvar los apuntes y el libro en mi imaginación. Vamos a ver por qué funciona el EMDR y en qué modelos se basa.

1)  Psicología de la Atención: Modelo de la memoria de trabajo de Baddeley y Hitch de 1974. Tenemos un “sistema ejecutivo central” (como el jefe), responsable de integrar y coordinar la información almacenada en diferentes subsistemas: 

  • El bucle fonológico (información verbal y auditiva)
  • Y la agenda visoespacial (información visual o espacial). 

Como en EMDR pedimos al paciente antes de la estimulación bilateral que parta del recuerdo (y consecuentemente de la imagen del mismo que hemos evaluado en fases primarias), el paciente tiene que hacer dos cosas y se agota la capacidad de la agenda visoespacial y del ejecutivo central, haciendo que se vaya degradando el recuerdo y que el paciente se distancie del evento traumático. A esto tengo que añadir a modo de ejemplo que muy pocos pacientes que parten del recuerdo siguen con él después de dos tandas de estimulación bilateral. Flipa mucho ver cómo va descarrilando su mente hacia otras cosas en ese triángulo de pasado-presente-futuro. O sea, que parece que sí que es verdad que se agotan ambos sistemas.

2)  Dos modelos de psicofisiología (de mis asignaturas preferidas de la carrera, por todo esto soy clínica por vocación): 

  • Los movimientos oculares y la tarea atencional dual promueven cambios psicofisiológicos en el organismo: reducen el arousal (lo activados que estamos, básicamente) mediante la activación del sistema nervioso parasimpático (el que parece que no te cae tan bien por el nombre ya que no es el simpático, pero que favorece las reservas de energía, regula los órganos internos, disminuye la tensión arterial, regula el aparato gastrointestinal, relaja los esfínteres, contribuye a normalizar la energía corporal, contrae las pupilas ya que estamos relajados y hace que nos excitemos sexualmente). Casi . Sin él, iríamos siempre en alerta como intoxicados de speed. Con su activación, se reducen las pulsaciones y la respuesta galvánica de la piel, y se modifica el patrón de respiración con respuestas de relajación.
  •  Los movimientos oculares provocan cambios fisiológicos similares a los que se producen durante la fase del sueño REM. Está probado que la integración de la memoria episódica a la memoria semántica se produce mientras dormimos. Los movimientos oculares bilaterales repetidos activan mecanismos neurológicos similares a los de la fase REM y permiten la integración de las memorias traumáticas.

Esto es, de nuevo, verdad. Tengo que decir que mis pacientes a los que he aplicado EMDR afirman en un 99% (la estadística no era de mis preferidas de la carrera, pero es 99 y no un 100% por una sola paciente, con la que apliqué EMDR demasiado pronto en proceso de terapia, error de principiante) que, después de la sesión, están más relajados en la semana posterior a la aplicación y duermen mejor. Y no les cuento esto de las hipótesis de mecanismos de acción porque gastaría los 60 minutos de la sesión en que lo entendieran y soy más de explicar la técnica del EMDR lo más rápido posible en sesiones previas y pasar a la acción que para eso vienen.

3) Modelos neurobiológicos: (neurobio, otra de mis asignaturas preferidas de la carrera, clínica a tope). Resulta que técnicas de neuroimagen han observado que el EMDR favorece la restauración del control cortical, especialmente de regiones frontales, sobre estructuras subcorticales hiperactivadas del sistema límbico como la amígdala.

Recuerdo cómo nos explicaba nuestro profe de neurobiología las funciones de estas dos regiones cerebrales: la amígdala te dice “cárgate a ese HDP que te acaba de empujar sin pedirte perdón” y las regiones frontales te dicen “no te lo cargues que irás a la cárcel y eso no está bien”. Es decir, que el EMDR favorece que la amígdala (afectada sin duda en trauma ya que almacena las imágenes visuales del trauma como fragmentos sensoriales, no como historia sino como fragmentos de los cinco sentidos) se restaure ante control cortical de regiones frontales (responsables de la empatía y de la comprensión de experiencias y acciones de los demás).

De nuevo, verdad. ¿Por qué? Porque lo dicen mis pacientes “Estoy mejor porque no me afecta tanto, noto que ya no me causa malestar.” Y nuestros pacientes siempre tienen la razón. En SOCPsico los validamos siempre.

¿Para qué patologías es útil y cuándo usar EMDR?

Por sí sola, la técnica de EMDR aplicada en un caso de trauma simple o fobia específica sin mucho meollo detrás (sin trauma complejo, relacional o sin combinación de todo un poco, porque generalmente no estamos mal por una sola cosa, sino por varias), puede ser útil aplicándola sola sin mucha más base terapéutica, únicamente con una buena entrevista previa. 

Por el contrario, si, como es habitual, viene el paciente con un cóctel molotov de síntomas, hay que hacer mucho trabajo antes de aplicarla con todas las garantías. Y combinarla con otras cosas: Psicoeducación, Terapia Cognitivo Conductual para algunas relacionadas con pensamientos y conductas, especialmente si hay mucha rumiación, Contextuales y de Tercera Generación (Mindfulness, algo de Terapia de Aceptación y Compromiso, quizá algo de Análisis Funcional), si hay disociación va a haber que trabajar la regulación emocional, hacer mucho Mindfulness y analizar el apego, el sistema familiar (Sistémica) y quizá meter algo de Gestalt. Puedes combinar todo esto y diseñar junto con el paciente en qué orden ir trabajando cada cosa. Esto es personalizar la terapia a cada paciente de forma exclusiva. Porque como ya he dicho antes, si aplicas EMDR demasiado pronto, sin una buena evaluación del problema, la cagas fijo, porque puedes encontrarte que no le viene nada a tu paciente. O que está muy desregulado a nivel emocional. Bloqueos o resistencias, tan comunes en el proceso terapéutico.

Pero evidencia científica, por todo lo anterior, el EMDR, sí tiene. Para trauma, o estrés postraumático, ansiedad, depresión, fobias, psicosis, trastorno bipolar, adicciones, TOC, TCA… Hay tantos estudios que te mareas leyendo. Le pese a quien le pese. 

Sin embargo, lamentablemente, hay algún terapeuta por ahí que la considera una pseudoterapia. Quizá por desinformación, puede que use únicamente terapia cognitivo conductual y se tire dos años o más con un paciente (a una media de 50 – 60 euros por sesión, el paciente tiene que pedir un préstamo, además de que acaba hasta las narices de verle la cara al terapeuta todas las semanas y seguramente el terapeuta también acaba harto de no avanzar). Igual debido a que nunca ha probado EMDR. Y por ende, no habrá visto la cara de un paciente después de una sesión EMDR de las buenas. 

Si te has visto reflejado en el párrafo anterior, para leer sobre evidencia científica del EMDR, por favor, haz click en siguiente enlace:

https://www.emdr-es.org/Content/PDF/Dossier%20Evidencia%20Cient%C3%ADfica%20EMDR%20Web.pdf

En SOCPsico, el sábado pasado tuvimos una de esas sesiones, de las buenas de EMDR. Ver sonreír por primera vez a nuestra paciente (motivo de consulta TCA) y decirnos “me siento muy bien, es como magia”, no tiene precio. Ahora bien, había mucho trabajo previo y multitud de técnicas empleadas de distintas corrientes psicológicas detrás de esa sesión, personalizadas para ella. ¡Ah! Y viene a la clínica después de muchas sesiones con otro psicólogo que usa únicamente terapia cognitivo conductual. Así que abrirse a otros métodos puede que no esté tan mal y dé sus frutos. Así se tienen que hacer las cosas.

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